“El fútbol es un juego simple: 22 hombres corren detrás de un balón durante 90 minutos y al final siempre ganan los alemanes”.
La frase histórica de Gary Lineker es válida también para
Camerún a que muchos los catalogan de alemanes de África, por su juego físico y
el espíritu luchador para llevarse la victoria. La única diferencia entre ambos
equipos es que Camerún no tiene la misma vocación ofensiva que caracteriza la
máquina teutónica. Camerún coronó su quinta estrella a su escudo y lo hizo casi
jugando en casa, por ser Gabón su vecino más cercano tanto culturalmente como
económicamente(tiene la comunidad extranjera más importante de Gabón), por lo
que se deduce que va a coronar otra vez, dentro de dos años en casa, cuando el
país albergue la Copa África 2019.
Lo que sucedió el domingo pasado fue todo un partidazo
donde los dos sustitutos y jugadores históricos de la selección camerunesa
Nicolas Nkoulou y Vincent Aboubakar fueron los héroes de la final de la película
con un gol cada uno. Esto dos muchachos parecieron darle lógica a uno de los
mejores torneos africanos de la historia. Egipto llora tras perder el premio
que llegaron a oler y casi sentir en sus manos—no sin razón—porque jugaron su
mejor partido del torneo bajo la batuta del estelar Mohamed Salah, que hizo
regalar al público mucha destreza técnica. Los pupilos del técnico argentino
Héctor Cúper se fueron adelante con un bonito gol de Mohamed Elneny(22’), que
recibió una asistencia luminaria de Salah.
Lo que parecía ser un destino de la historia vino cuando
Adolphe Teikeu, el defensa culpable del gol encajado, se lesionó antes del
medio tiempo. Hugo Broos mandó al experimentado Nicola Nkoulou en la duela por el lesionado.
Este es quien va a empatar el partido en el minuto 59, por un cabezazo de pura
potencia. Otro sustituto que entró más tarde, Aboubakar, fue él que selló el
partido en el minuto 87 con un bonito control del pecho, que elimina un defensa
en el área, y un disparo cruzado.
¿Por qué ganó Camerún? Aquí seis puntos claves:
El olfato del técnico Hugo Broos
Hugo Broor, el técnico héroe de Camerún |
El resumen que expuse anteriormente ya explica
todo, pero basta detallar un poco más. Muchas veces se pasa por alto el trabajo
del entrenador, porque él no es quien hace las jugadas, ni es un Leo Messi que
puede marcar gol cuando quiere. Pero no nos olvidemos que ganar un partido
eso sí lo puede hacer cualquiera. Sin embargo, ganar un torneo de 6 partidos de alto
nivel se necesita mucho más que suerte y talento de los jugadores. La Argentina
de Bielsa de 2002, con un equipaso pero que fracasó, sabe algo. La Francia de
2002, en su mejor momento de forma, con Zidane, Desailly y Henry no pasó ni la
fase de grupo a cuesta de Senegal y Dinamarca.
Muchas veces el éxito es cuestión de mezclar talentos,
compromisos, timing y suerte. Allí es donde sobresalen técnicos exitosos. Hay
que darle créditos a Broos que supo lograr su objetivo con buen fútbol y
alegría en el vestuario. Eso es importante en un país como Camerún que tiene a
11 millones de entrenadores cuando el combinado nacional juega, hasta la
primera dama del país es también entrenadora de los leones.
Unidad
El equipo de Camerún fue duramente criticado en el país
durante las eliminatorias y días previos a la Copa africana. Estas críticas, en
vez de sacudir al grupo, constituyeron el motor impulsador para formar un grupo
unido, sólido y comprometido. Cada jugador que entró en la duela cumplió con su
labor y salio con la camiseta toda mojada. El gesto del capitán Moukandjo invitando a Nkoulou—excapitán del
equipo—a levantar el trofeo juntos lo dice todo.
El que no hace pierde…
Si no puedes atacar, te expones a que tu rival te remate.
Camerún no tenía un superequipo como tal, pero la falta de
jugadores desequilibrantes y rápidos en este torneo hizo que los adversarios de
Camerún no pudieran romper su juego físico y la blindada defensa. Senegal era
el mejor equipo en la primera fase del torneo, pero su fútbol se basa mucho más
en la fuerza que fútbol. Cuando se topó con Camerún en los cuartos de finales
perdió las ideas, porque en ese juego físico nadie domina a Camerún en África.
Egipto es un equipo con buenos jugadores técnicos, pero
carece de velocidad y percusión para apretar a Camerún. El único equipo que sí
lo pudo fue Burkina Faso, en la fase de grupos, porque era el equipo más
completo del torneo. Pero respetaron un poco a Camerún y terminaron empatados a
uno.
El muro de Berlín
Adolphe Teikeu, El muro de Berlín, es símbolo del juego físico de Camerún y su defensa. |
El cuarteto defensivo conformado por Fai, Ngadeu, Teikeu,
Oyongo y el portero Fabrice Ondoa fue uno de los mejores del fútbol africano de
todo el tiempo. Eso no lo digo solo por los pocos goles concedidos(3), sino más
bien por la calidad del juego de los defensas, sus capacidades atleticas y la
habilidad de proyectarse en el ataque para apoyar la ofensiva del juego.
Contrariamente a esos equipos ultra defensivos de Europa Oriental
que se atrincheran atrás, como Serbia y otros, Camerún siempre juega en ambos lados de la cancha.
Más “aguante”
Hasta ahora no se ha dicho si fue por lesión o cuál fue el
motivo específico, pero muchos quedaron rascándose la cabeza ante la decisión
del DT de dejar en el banco a jugadores de la talla de Nkoulou, Aboubacar y
Njié, siendo ese último titular en los dos primeros partidos.
Sin embargo, lo cierto es que jugadores menos talentosos,
pero fuertes y atléticos, como el volante Ndip Tambe y el medio campista Arnaud
Djoum fueron los favoritos del DT para mantener un ritmo del partido muy tenso
y agotante en ese clima cálido y húmedo de África Central.
El defensa Ngadeu: Observen toda la contextura física del jugadro, que es todo un monstruo. |
Luego de los minutos 65, los rivales de Camerún se vieron
mucho más agotados e incapaces de retomar la iniciativa del juego, sobretodo Ghana
en la semi. Para un torneo corto y de alta intensidad, el factor físico fue
clave.
Camerún administró mejor sus fuerzas. Ejemplo claro fue la carrera en la que el supersónico Bassogog le ganó los 100 metros a la defensa de Ghana para meter el golazo de la victoria final en el tiempo del descuento.
Camerún administró mejor sus fuerzas. Ejemplo claro fue la carrera en la que el supersónico Bassogog le ganó los 100 metros a la defensa de Ghana para meter el golazo de la victoria final en el tiempo del descuento.
Benjamin Moukandjo, la fiera…
Moukandjo anota un tiro libre perfecto contra Burkina Faso |
No se entiende mucho la pertinencia de la CAF de haber
nombrado a Bassogog como el mejor jugador del torneo, cuando el alma, las
jugadas claves del equipo pasaban por los diseños de Moukandjo.
El espigado volante ofensivo fue el perfecto director del
juego de los leones indomables y a la vez el líder indiscutible que siempre
supo mantener a todo el mundo comprometido por la causa.
Camerún tiene un seleccionado bastante joven, cuyo techo de
perfección es el cielo. Así que muchos otros éxitos están por venir. En cuanto a Hugo Broos, aún no había terminar
de celebrar su título cuando varios periodistas de Camerún le preguntaron si la
lista ya estaba cerrada para los 8 jugadores titulares y otros más que se
negaron a jugar la Copa. Eso
ya eso es otro debate, por ahora dejen al hombre celebrar asere…