Instalado en el Congo Brazzaville desde
julio de 2015, Averda es una empresa árabe con sede en Dubái, especializada en
la gestión de residuos. Esta compañía ha cambiado por completo el rostro de la
capital congoleña, que desde mucho tiempo figura entre las ciudades más sucias
del mundo, con serios problemas de recolección de basura.
Esta
triste realidad ha llamado la atención de los congoleses de que la “Crisis de
la Basura” viene siendo un problema muy serio, ya que no existía una solución
eficiente para la recolección eficiente de la basura de la capital del Congo. A
falta del procesamiento adecuado de los residuos, se cae en el riesgo constante
de contaminar al medioambiente, que puede llegar a causar el deterioro de
nuestro entorno y del desarrollo turístico de Brazzaville, ya que su atractivo
primario es el entorno verde que le caracteriza. Po resta razón, casi toda la
población de la capital alaba la labor y el profesionalismo de Averda.
De Bacongo, uno de los barrios sur de Brazzaville, a
Ngamakosso en las afueras del límite norte de la capital, los empleados de esta
empresa se han convertido en los héroes de Brazzaville. Armados con escobas y
palas, sus obreros se dedican a recoger la basura que inunda la acera. Se les
reconoce simplemente por sus monos azules y zapatos de seguridad.
De hecho, en las últimas semanas, "Brazza la
linda" se ha rejuvenecido para volver a ser "Brazza la verde",
como se le conocía en los años 80, no solo por la exuberante vegetación que
constituye la orilla izquierda del poderoso río Congo, sino también porque acaba
de graduarse como una de las capitales más limpias de África.
El profesionalismo de los trabajadores de Averda se ha
convertido en uno de los referentes nacionales de la lucha contra la
insalubridad, y tanto habitantes como visitantes de la capital del Congo
coinciden en que ahora sus calles y avenidas se mantienen impecables,
principalmente las del Centro Histórico donde se ubican los centros de
negocios. Las calles son tan limpias que las gentes ya ni siquiera se atreven a
tirar papeles, bolsas, botellas y servilletas.
Sin embargo, hay que señalar que el trabajo es arduo, porque en cuanto los obreros terminan de limpiar, el comienzo de la calle nuevamente se encuentra sucio y es la misma gente que se dice feliz del trabajo realizado la que contamina el lugar y hace que tenga un mal aspecto. Es un problema cultural, porque el hombre africano, mas precisamente el congoleño, solo tiene un concepto muy limitado de las responsabilidades del estado. El africano ve el estado como una entidad paterna que debe resolver hasta los mínimos asuntos diarios del vecindario.
Uno de los mejores aprovechamientos de esa colaboración con
Averda es el proyecto de creación de un vertedero enorme en el pueblo de
Lifula(30 kilometros de Brazzaville), para procesar todos los desechos
recoltados de la ciudad. Totalmente diseñado, construido y operado por Averda,
el centro vertedero de Lifula cubrirá 40 hectáreas, incluirá ocho células de
almacenamiento y tendrá una vida útil de 15 años. El vertedero será el más
grande jamás construido en el Centro África.
El nuevo vertedero estará equipado con un sistema de
recogida y tratamiento de lixiviados, un sistema de captación y reutilización
del biogás extraido de los residuos, para eliminar los peligros de
contaminación y asegurar un mejor tratamiento de las aguas superficiales.
También
cabe la posibilidad de construir la primera planta eléctrica de
cogeneración en la capital congoleña,
con el biogás producido por el vertedero de Lifula, para luego vender la
energía a la SNE( la empresa nacional eléctrica). Estas medidas hacen de este
vertedero un verdadero modelo en términos de recuperación de energía.
Al apoyar este tipo de iniciativas privadas, el gobierno
congoleño quiere estimular proyectos que ayudarán a reducir la tasa de
desempleo nacional que es de 46.10 %, según los últimos datos de 2016 del
instituto Trading Economics. Averda ya emplea a 1.500 personas en el Congo
Brazzaville y se estima que el proyecto de la captación del biogas permitirá
reclutar un centenar de empleados adicionales. Sin lugar a dudas, esto es un
proyecto que estimulará la economía local.
En
mi opinión, hace falta que la alcaldía de Brazzaville aproveche los logros de
Averda para unir lo útil a lo necesario en lo que le toca. Por ejemplo,
paralelamente a la limpieza de las calles y la recolección de la basura, se
puede lanzar un plan de desarrollo amplio para las áreas verdes alrededor de la
capital. Se trata de volver a sembrar matas como los manglares, palmeras, matas
de mango o pinos a lo largo de las avenidas y las calles principales.
El
turismo y la inmigración ilegales de los ciudadanos de países vecinos han
provocado en Brazzaville un crecimiento demográfico impresionante, pues se
necesita de gente que atienda los resorts hoteleros y a los turistas que vienen
cada día a estos destinos. Todo esto conlleva una mayor generación de residuos
y recursos naturales por parte de cada habitante.
El
congoleño es reconocido como un pueblo orgulloso, que siempre le gusta bien
parecer. Pero debemos saber que la regla de la moda es tan absoluta que nos
obliga a olvidar los conceptos fundamentales básicos como la higiene y la
comodidad.