martes, 17 de julio de 2018

El triunfo de Francia es la victoria de la diversidad y el surgimiento del talento intrínseco

El champán ha sido lanzado en todas partes en Francia! Las ventas de harina y licor también se dispararon de forma increíble en todos el país! Después de 20 años de espera, Francia acaba de ganar su segunda Copa del Mundo de la historia, goleando a Croacia por 4-2 después de una increíble final de la Copa Mundial 2018 el domingo en Moscú. Esta victoria francesa es también la victoria de una verdadera nación arcoíris, cuyos valores de libertad, de diversidad y de dominio de los conocimientos técnicos no son negociables.


En París, los Campos Elíseos fueron invadidos justo antes del pitado final por una multitud que los aclamaba, así como en todas partes de Francia. Hay que precisar que la victoria de Francia es la victoria de la diversidad. Siendo negro, siempre me siento ofendido cuando la gente habla de futbolistas africanos de Francia, bromeando acerca del gran número de jugadores negros que militan en la selección francesa. Varias imágenes y videos racistas de este tipo han circulado en las redes sociales ya sea para burlarse de los Bleus o para tapar la frustración del pobre desempeño de los representantes africanos en este mundial 2018. Adoptar tal actitud es malinterpretar la sociedad francesa. Sin embargo, la cosa no es tanto así como parece.

Francia y Portugal son las primeras naciones europeas en llevar a jugadores negros en las grandes citas. Desde la década de los 70, estos dos países casi siempre han tenido jugadores nacidos en sus antiguas colonias. Inglaterra y Holanda les siguieron los pasos tímidamente después de mediados de los 80. En el momento en que John Barnes, el primer negro en vestir la camiseta de la selección inglesa, era abucheado por los fanáticos ingleses en cada uno de ellos de sus raras apariciones, Francia ya había producido grandes jugadores negros como Janvion, Trésor o Tigana.

El destino de Francia con los negros está ligada para siempre.

Con el paso de los años, esa cantidad de jugadores negros de los combinados de Francia fue creciendo paulatinamente hasta hoy. Ese crecimiento sigue la ley del crecimiento natural porque la tasa de nacimiento europeo sigue decayendo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Las grandes potencias industriales de Europa necesitan la mano de obra de los inmigrantes para apoyar su crecimiento económico. Como el fútbol es el deporte favorito de los africanos en sus países de origen, es normal que los inmigrantes africanos de Francia transmitan esta pasión del fútbol a sus hijos nacidos en Francia.

Esta diversidad de culturas y mentalidades, combinada con la creatividad francesa, es el complemento perfecto para plantear una cultura de éxitos. Los atletas negros de Francia están naturalmente dotados en talento, físico y atletiquísimo. Los técnicos franceses de la FFF les brindan la maestría técnica que necesitan para estar en la cima del arte.

Francia no solo exporta futbolistas, aquí tienes a Mecatherme el Rey de la panaderías del mundo.
Esta cultura ganadora siempre ha sido una marca francesa que se refleja en todas las áreas de la ciencia, ya sea en deportes, aeronáutica, tecnología o medicina, siempre Francia ha sido en la vanguardia.

En materia de futbol, Francia siempre ha sido una nación dominante al nivel mundial, incluso antes de ganar su primer mundial en 98. Yo recuerdo en la década de los 80 y 90 cuando Francia le ganaba siempre con relativa facilidad a las potencias de fútbol sudamericano, ya sea Brasil, Uruguay, Chile o la propia Argentina de Diego Armando Maradona.

Las víctimas de Francia no se limitan solo a Sudamérica. Las mayores potencias de fútbol mundial que son Alemania, Italia, España, Inglaterra y Holanda todas presentan un balance negativo de victoria y derrotas antes Francia. Por ejemplo, a España no le ganaba un partido a Francia desde 1968, cuando la Roja le ganó 3-1 en un partido amistoso, hasta 2008 en otro amistoso que gana España 1-0. Entre ese intervalo de tiempo Francia le ganó 8 partidos y empataron 3 veces. De todos los grandes, quien ha sufrido más por la mano de Francia es Italia. Entre 1978 y 2008 Francia le ganó casi sistemáticamente.

Kylian Mbappe y Antoine Griezmann son promesas del fútbol francés que son ahora realidad.

Todo ese dominio del balón se debe a un programa especifico que siempre llegó a producir jugadores muy talentosos como Michel Platini, Alain Giresse, Jean Amadou Tigana, Zinedine Zidane, Laurent Blanc y las estrellas de la nueva generación que son Antoine Griezmann, Paul Pogba y el supersónico parisino Kylian Mbappe. El éxito de ese programa se debe mucho a la apertura de las puertas a jugadores provenientes de distintas razas y culturas donde cada quien aporta su granito de cenizas.

Esos países que se creen que son blancos pura raza, porque nunca acuden a jugadores de otros colores, tienen sus derechos legítimos a reclamar su pureza de raza. Pero al mismo tiempo ellos se están engañando ellos mismos, porque todo el mundo sabe que tanto en Rusia, en Croacia, en Rumanía o en Argentina hay miles de ciudadanos que formaron parejas con personas de color negra. Lo que significa que entre esos mulatos y negros que nacieron en esos países, muchos juegan futbol pero les cierran las puertas para subir por discriminación racial.

Por ejemplo, nosotros en el Congo-Brazzaville tenemos a muchos compatriotas que son frutos de amor entre antiguos estudiantes que cursaron en Yugoslavia, Cuba y los países del bloque del este. Yo mismo estando en Cuba, he tenido una pareja argentina por más de 8 meses, que residía en Mar del Plata. Ella viajaba a Cuba a visitarme varias veces. Si no fuimos para cosas serias es porque yo era estudiante todavía y yo no tenía planes de vivir en Sudamérica en un futuro.

Si todos esos mestizos reciben la ciudadanía y honores que se deben en nuestro Congo, igual se los tiene que conceder en los países donde nacieron sus progenitores del extranjero. Tenemos a muchos mulatos afroserbios y afrocroatas y negros puros que incluso han decidido vivir permanentemente en esos países del antiguo bloque comunista. Asi que no nos vengan a engañar con esa envidia que tienen del éxito de Francia y su sociedad multicultural.

¡Que viva Francia !